No. 7
En plena cuarentena
22/03/2020

Letras que registran nuestro orgullo de vivir en San Luis

¡Hágase así! ¡Que se llene el vacío! ¡Que esta agua se retire y
desocupe (el espacio), que surja la tierra y que se afirme! Así
dijeron. ¡Que aclare, que amanezca en el cielo y en la tierra! No
habrá gloria ni grandeza en nuestra creación y formación hasta
que exista la criatura humana, el hombre formado! Así dijeron.
(Popol Vuh. Libro sagrado maya).

En el principio creó Dios los cielos
y la tierra. (“Génesis”. La Santa Biblia).

He ahí dos formas “sagradas” de explicar el origen del mundo por dos culturas diferentes: la indígena y la cristiana.

La intención de ambas (y de muchos otros libros sagrados) fue registrar para el conocimiento humano su concepción particular de cómo fue creado el mundo y, posteriormente, el hombre. Para que viviera en ella y la cuidara.

¿Ha cumplido el hombre con tan noble misión? Sin duda que no.

De allí estas referencias para llamar tu atención.

En principio, acerca de lo que se está viviendo hoy día en este Planeta “bendito” que acordamos en llamar Tierra, creado desde tiempos inmemoriales; y, además, para que se reflexione, si aún estamos a tiempo de impedir el daño que la especie humana, también creación divina, hace para destruirlo, algo que no fue producto de su esfuerzo ni de su sabiduría.

Son verdades de fe, aceptadas por los creyentes, con la que compartimos nuestra existencia.

¿Cuál ha sido el aporte de la ciencia a la conservación de este mundo, universo, planeta?

Transformador, es innegable.

¿Quién ha tergiversado el uso de los avances científicos, tecnológicos y
comunicacionales, principalmente, a partir del siglo XX hasta el presente?

El ser humano quien ha hecho un uso contra natura de esa evolución.

Por eso este llamado a utilizar herramientas tecnológicas como el internet, la TV o cualquier medio de difusión informativo con responsabilidad. Es fácil caer en la tentación de observar, escuchar y difundir lo que consideremos “serio y veraz” sin previamente confirmar
la fuente del mensaje ni su impacto en la colectividad.

No ingiramos cualquier “remedio” que se nos recomiende ni exageremos el uso inadecuado de los elementos protectores.

Las medidas extremistas son contraproducentes. No se trata de volver a la caverna o la carreta, sino de hacer el uso racional, inteligente, humano de la existencia, de los elementos naturales y culturales de los que disponemos.

Hoy, como en otras ocasiones, estamos sometidos por un virus, hasta ahora, incontrolable. ¿Hasta cuándo? Cualquier respuesta queda en el limbo de la hipótesis. Solo nos queda seguir los consejos que los verdaderos especialistas nos ofrecen.

Quedarnos en la casa, guardar distancia del Otro y lavarnos frecuentemente las manos son medidas prudentes, a nuestro alcance y que merecen nuestro sacrificio en bien propio y de todos.

¡Quédate en tu casa sin olvidarnos de asistir a los enfermos y ancianos impedidos de valerse por sí mismos!

¡Sembremos y cultivemos la solidaridad vecinal!

Alfredo Carpio Ruiz
[email protected]
04141275844